Vivimos en un mundo obsesionado con la productividad.
Nos han enseñado que todo lo que hacemos debe tener un propósito, una utilidad, un beneficio medible.
Pero… ¿y si las cosas más importantes de nuestra vida fueran precisamente las que no sirven para nada?
En este artículo, vamos a explorar por qué lo aparentemente inútil es, en realidad, lo que más sentido da a nuestra existencia.
Y cómo podemos reconectar con esas pequeñas cosas que no se compran, no se venden y no se programan… pero que nos sostienen por dentro.
¿Qué significa “no servir para nada”?
Cuando hablamos de cosas que no sirven para nada, nos referimos a esas acciones, momentos o gestos que no tienen un objetivo claro ni un resultado tangible.
Como mirar un atardecer, perderse en un libro, acariciar a un perro, hablar con una planta, o incluso dejar que las horas pasen sin hacer «nada productivo».
Sin embargo, estas experiencias son profundamente humanas.
Nos permiten conectar con lo que somos, más allá de lo que hacemos o producimos.
En palabras simples:
“La belleza no sirve para nada, pero da sentido a todo.”
La trampa de la productividad

Nos han enseñado a justificar nuestro tiempo:
- ¿Cuánto rinde esta actividad?
- ¿Qué beneficios me aporta?
- ¿Qué resultados obtendré?
Y así, vamos llenando nuestra agenda de tareas útiles, mientras las pequeñas cosas —esas que no tienen KPI ni rentabilidad— se quedan en el fondo del cajón.
Pero la realidad es que muchas de nuestras memorias más felices no están ligadas a logros ni resultados.
Están hechas de momentos simples:
- Reír sin razón.
- Mirar las estrellas.
- Tomar un café con alguien sin prisa.
- Hacer algo solo porque nos gusta.
Lo que no sirve para nada… te salva el alma
En nuestro podcast Poco a Poco Pero Ya, exploramos esta idea en el episodio “Cosas que no sirven para nada (pero lo son todo)”.
Claudia y yo charlamos sobre la importancia de dar espacio a estas pequeñas cosas que, aunque no sean productivas, nutren nuestra esencia.
Además, Shima nos compartió una mirada profunda sobre los chakras:
Cómo estas ruedas invisibles de energía también nos recuerdan que hay fuerzas sutiles sosteniendo lo que es realmente importante, aunque no lo veamos ni lo midamos.
Tres ideas para empezar hoy mismo
1️⃣ Dale valor a lo pequeño: observa, saborea, contempla.
2️⃣ Practica la pausa: permite que tu día tenga huecos “vacíos”.
3️⃣ Haz algo solo por placer: baila, escribe, canta… aunque nadie lo vea, aunque no sirva para nada.
Recuerda:
“Hacer algo solo por el placer de hacerlo ya es revolucionario.”
Lo que no se mide, sostiene

Al final, la pregunta no es cuánto produces, sino cuánto sientes.
¿Cuánto espacio le das en tu vida a lo no rentable, lo no medible, lo no urgente?
Porque, como decimos en el podcast:
“Quizá lo más humano sea perder el tiempo con alguien sin sentir culpa.”
📍Disponible ya en Spotify, iVoox, Apple Podcasts y todas las apps que tampoco sirven para nada si no las usas con conciencia. jajajaja
🔍 Busca: Poco a Poco Pero Ya – Cosas que No Sirven para Nada o escúchalo aquí mismo


Deja una respuesta